"Cuando se es un mero títere de la situación, cuando no se puede escapar del insignificante papel de espectador... sólo queda esperar.
Esperar a que pasen las horas y cierren el telón.
Es en ese momento cuando yo me despierto.
Cuando abro los ojos al resto del mundo y ordeno mi realidad.
Por un rato me olvido de las máscaras, del guión establecido, de que el yo no existe, del maquillaje y los tabus.
Pero hay días en los que tardo demasiado en reestructurarlo todo y llega de nuevo el instante de empezar la función.
Hay que correr al camerino, disfrazarse de ella y acicalar la ansiedad que me corroe toda.
Ansiedad de ti, por ti, con todo.
Y no queda otra que enfrentarse a ello,
que dejarse llevar por el copioso aplauso que lo arrastra todo.
Y así ayer, hoy mañana..."
Esperar a que pasen las horas y cierren el telón.
Es en ese momento cuando yo me despierto.
Cuando abro los ojos al resto del mundo y ordeno mi realidad.
Por un rato me olvido de las máscaras, del guión establecido, de que el yo no existe, del maquillaje y los tabus.
Pero hay días en los que tardo demasiado en reestructurarlo todo y llega de nuevo el instante de empezar la función.
Hay que correr al camerino, disfrazarse de ella y acicalar la ansiedad que me corroe toda.
Ansiedad de ti, por ti, con todo.
Y no queda otra que enfrentarse a ello,
que dejarse llevar por el copioso aplauso que lo arrastra todo.
Y así ayer, hoy mañana..."