Durante toda la Edad Media, se empleó como utopía de la ciudad idealizada: El País de Cucaña. En esta ciudad no era necesario trabajar, y los alimentos existían por doquier. Sus ríos eran de vino y leche y las montañas de queso. Los lechones asados pendían de los árboles, listos para ser degustados. Los animales se ofrecían como alimento: "coméme, coméme"... e incluso algunos llevaban adherido a su lomo un cuchillo para el sacrificio.
Ya en el siglo XVI, cuando los crónistas volvían de América para contar lo que allí vivían, se creo el mito del país de Xauxa. Éste era un valle de América que contaban era precioso y de vistas increibles. La gente allí sí trabajaba pero sin excesos, se vivía en paz. Con el paso de los años... Xauxa paso a designar una ínsula que no existía realmente y nació así el mito como tal.
Cada uno que decore su ínsula con lo que quiera: comida, bebida,mujeres, éxito...
En la mía solo hay sitio para dos y el billete anda reservado...
QUIEN TENGA OJOS QUE LEA.