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Si tú me dices «¡ven!», lo dejo todo...No volveré siquiera la miradapara mirar a la mujer amada... Pero dímelo fuerte, de tal modo que tu voz, como toque de llamada, vibre hasta el más íntimo recodo del ser, levante el alma de su lodo y hiera el corazón como una espada. Si tú me dices «¡ven!», todo lo dejo. Llegaré a tu santuario casi viejo, y al fulgor de la luz crepuscular; mas he de compensarte mi retardo, difundiéndome ¡Oh Cristo! ¡como un nardo de perfume sutil, ante tu altar!"Si tu me dices ven"
Amado Nervo
"Perdóname por ir así buscándote tan torpemente, dentro de ti. Perdóname el dolor, alguna vez. Es que quiero sacar de ti tu mejor tú. Ése que no te viste y que yo veo,nadador por tu fondo, preciosísimo. Y cogerlo y tenerlo yo en alto como tieneel árbol la luz últimaque le ha encontrado al sol. Y entonces túen su busca vendrías, a lo alto. Para llegar a élsubido sobre ti, como te quiero,tocando ya tan sólo a tu pasadocon las puntas rosadas de tus pies, en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendode ti a ti mismo. Y que a mi amor entonces, le contestela nueva criatura que tú eras."La voz a ti debida.
Pedro Salinas