martes, 26 de abril de 2011

"Y en mi interior bullía la mentira al almidón con el deseo,
y todo era tan esperpéntico y absurdo,
que se parecía a la vida..."

Nada, Carmen Laforet

Elegia

Desgarro la piel de mi alma,
rasgo la comisura del olvido
e intento sangrar la escarcha
que espesa tus venas.
No estás, no te encuentro.

Asfixio mi aliento,
infarto mis entrañas,
atollo mi cerebro
y no estás y no te encuentro.

Araño entonces la gangrena de la herida,
arranco con los dientes la costra desabrida
y ahogo la voz que no te pertenece.
Pero no estás y no te encuentro.

Si después castro las raíces
que no nacen de ti,
si siego los tallos que espuman
de las mortecinas lágrimas
y racimo los huesos quebrantados,
ni siquiera así estás,
ni siquiera así te encuentro.

Por todo esto, en la hora extrema,
desfiguro la imagen fantasmal,
atisbo la sombra de tu sombra
y siembro de vida la fútil mirada
y ahí te pienso
y ahí te encuentro.

Si además te descubro escondida
entre las curvas de mis manos,
matizando el encanto de mis ojos,
avivando las ascuas ya dormidas...
sólo así estás, sólo así te siento.

Y es entonces cuando te mueves en mi,
con la savia entumecida,
la sonrisa polvorienta
y la solo sospecha de estar viva.
A tí, Campanario de brumas


lunes, 25 de abril de 2011

Mi mundo


En mi mundo el cielo es blanco y las flores amarillas.
Yo sé caminar con tacones y tú, has dejado de llorar.
El tiempo de las risas y las escaleras, no ha pasado
y respirar es algo fácil de alcanzar.
Tu voz se transforma entre la niebla y la niebla...
¿qué es la niebla?
En mi mundo solo hay noches de verano,
brisa, café,
tardes en la arena y olor a mar.
Allí toco tu boca, la beso,
la huelo, la siento...
En mi mundo me tiembla tu boca.
Ella no busca, encuentra.
La música te llueve, la poesía cura.
En mi mundo nadie me despierta al soñar.


martes, 12 de abril de 2011


Quisiera escribir algo que te removiese el alma,
que te hiciera abandonarlo todo y volar.
Ojala supiese redactarlo digno de ti..
Después de escrito, lo recitaría y
te llenaría el corazón de besos, susurros.
Haría del nosotros algo soberbio,
lo cuidaría con mesura, lo acunaría.
Lee en mi silencio, adivínalo.
No me hagas esperar más lo infinito de ti.
Regálamelo esta noche, mañana como muy tarde.
No, no te retrases más, ven, regresa,
acércate, llévame, ¡ya es hora!.


Si tú me dices ventana, yo te digo... cigarro.

Si yo te digo aurora boreal, tu me dices... verde.

No nos ha sido tan difícil ¿verdad?.